Contar con una buena metodología de trabajo nos permite:
I. ordenar las tareas
II. no distraer la atención de aquello que precisa “foco”
III. mantener registro de los hitos alcanzados
IV. prever posibles desvíos de los objetivos fijados
V. documentar de manera correcta tanto los requerimientos como las
pruebas, lo que permite tener una “memoria” cierta, para ser
accedida y consultada de una única manera, lo que permite obtener
certificaciones de los procesos efectuados.